Sobre la nueva redacción del artículo 49 de la Constitución Española

 



DISMINUIDO, DISCAPACITADO, DIVERSO FUNCIONALMENTE...

Pero, ¿Cómo me siento yo? ¿Cómo me trata la sociedad?


En los últimos días no dejamos de oír, ver y leer noticias sobre la bondad de la Reforma de la Constitución Española de 1978 (CE). Finalmente, este sábado, 17 de febrero, ha entrado en vigor esta modificación del artículo 49 de nuestra Carta Magna. Pero, ¿Cambia o cambiará esta reforma la situación real de discriminación que siento o sufro por buena parte de nuestra sociedad? El tiempo dará respuesta a esta pregunta. Sin embargo, me temo que las leyes no modifican, al menos a corto y medio plazo, las conductas sociales e individuales de las personas.

Tras esta breve introducción, paso a comentaros mis sentimientos particulares. A pesar de tener un grado de discapacidad psíquica en grado superior al treinta y tres por ciento, no me considero disminuido ni discapacitado, en ningún aspecto de mi cuerpo o mente. Y no me considero como tal porque no soy menos que cualquier otra persona, ni tampoco más. Simplemente soy una persona que ante algunas situaciones o estímulos reacciono de forma diferente a como lo hace cualquier otra...Entonces ¿Soy diverso funcionalmente?...Pues que más da cómo funcione. La sociedad es plural y diversa. Existen diversos oficios o profesiones. Diversos colores de piel, pelo y ojos. Diversos puntos geográficos de nacimiento o de vida cotidiana…

                  Fte. Foto: legaltoday.com


Entonces ¿Qué ha cambiado en el artículo 49 de la Constitución? ¿Desaparece sin más la discriminación y vulneración de derechos a los que me siento sometido?

Para mí, a pesar de la carga peyorativa que lleva el término disminuido frente a persona discapacitada (como recoge la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, CDPD), el mayor y más humanitario cambio de la Constitución está en que la carga de la discapacidad no recae en los límites personales del individuo, aunque lo pueda dar a entender así la frase: "Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos, físicos, sensoriales y psíquicos (...)". Lo cierto es que una persona con discapacidad es alguien que se encuentra barreras u obstáculos externos a ella. Son obstáculos visibles en algunas discapacidades, como escalones en lugar de rampas de acceso, proyecciones de películas con o sin subtítulos, disminución o supresión de ruidosas manifestaciones pirotécnicos, etc. Es decir los obstáculos los establecen o los suprimen las sociedades y las personas que las conforman, que no tienen por qué ser las que tienen reconocida una discapacidad.

Esta es la visión o interpretación que me gustaría trasmitir de como ha quedado la nueva redacción constitucional "1. Las personas con discapacidad ejercen los derechos previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad reales y efectivas. Se regulará por ley la protección especial que sea necesaria para dicho ejercicio".

Para mí, el gran paso es que se está regulando por Ley LA INCLUSIÓN. Y la carga de esta regulación recaerá en la sociedad y sus representantes políticos para que, a través de la legislación, vayan facilitando e induciendo el cambio social que realmente es necesario si queremos eliminar barreras, tanto visibles como invisibles. Sólo así nos podremos sentir personas plenamente incluidas socialmente y con nuestros derechos tan respetados como los de cualquier otro miembro de dicha sociedad.

Debemos esperar ahora el desarrollo normativo, es decir, la adaptación de la legislación actual y la tarea de legislar las nuevas normas que sean necesarias para que sea efectiva esa eliminación de la discriminación que sufrimos.

En este punto habrá que tener en cuenta cómo se clasifican legalmente las distintas discapacidades. Hasta ahora, en España, respetando la redacción anterior del artículo 49 CE "(...) disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos (...)". En la CDPD ya se recoge específicamente "Salud Mental", hasta entonces obviada y difusa en nuestra legislación.

Personalmente, me comienza a gustar "Discapacidad Psicosocial", para mi caso. ¿Por qué? Es sencillo. Los denominados problemas de Salud Mental, en numerosas ocasiones, se producen por gestionar las emociones de forma diferente a un gran número de personas. Eso es lo que hace que la sociedad nos señale como "bichos raros". Y nosotros acentuamos esto: yo me sentía como Calimero, solo e incomprendido. Por ello, aunque no niego algún pequeño "desajuste" de la psique, mayoritariamente subsanable, el mayor sufrimiento nos viene como nuestra respuesta interna a estímulos quizás algo deshumanizados, por parte de otros seres humanos con los que nos relacionamos, y por supuesto con la sociedad en general.

Por último, veo esperanza en una puerta que se abre, pero... !COMPIS, no bajemos los brazos,  y continuemos luchando por nuestros derechos!


Firmado:

Francisco Javier Moreno de la Torre.

Portavoz Comité Pro SMA


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