Un microrrelato para el 8m
LA LIBERACIÓN Las cuatro ya, y la cocina rebosaba de platos sucios y humo de chimenea. La casa estaba helada. – ¿Me trajiste tabaco? Gimió desde el sofá. – No, me fui a trabajar a las siete. Para los recados tendrás que buscarte a otra. Me miró, ofendido. Todo mi cuerpo bramaba de dolor, de impotencia, de agotamiento acumulado. – ¿Compraste comida? – No me acordé, y como solo quedaba una hamburguesa… Me haces una tortillita de patatas? – … La nevera, tan vacía como mi cartera y mi alma. Ahora mi dolor era vértigo, furia silenciosa. Intenté retirarme al dormitorio. – ¿Ah, ya está? ¿Qué coño te pasa ahora? No me has querido nunca. Ya ni cocinas, ni nada… Cualquier día te vas a ver vieja, lisiada y más sola que la una. Por fin. ¡Ahora! Me giré muy despacio. Mi propia voz me asustó. Sonó como el siseo de una víbora. – PROCURA QUE ESE DÍA SEA HOY. Fte. Foto: Gabriela Arias Cuéllar, Pinterest Este texto ha ganado el concurso de microrrelatos sobre el tema del empoderamie