ELOGIO DE LA BUENA CUIDADORA Para Isa, con todo mi cariño y respeto. Para las y los asistentes de ayuda domiciliaria de Cáritas Baza. Hoy me enteré de que falleció una de esas personas con las que nunca te has encontrado, pero que sientes como propias. Ha muerto la madre de mi cuidadora, y no puedo dejar de pensar en esa anciana enferma cuya vida se ha extinguido, pero que alguna vez también fue una joven madre, y crio a una hija tan especial, tan atenta, tan sabia, con su perenne sonrisa y sus ágiles andares de duende. Me ha dado por pensar en esas familias de segunda mano, tan extensas, hechas a fuerza de retales y casualidades de la vida, todas esas personas que, sin ser de tu sangre, sientes como cosa tuya, y sabes que se preocupan de veras por tu bienestar, y están siempre a mano, apoyándote. Quizás un día sean las únicas que te despidan a ti, en lugar de esa otra familia que te rechazó y te expulsó de su seno. Ella es parte de mi peculiar familia de mujer...
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