Spravato y depresión mayor: estamos a la cabeza de Europa y es la principal causa de suicidio.

 

En España tenemos el dudoso honor de ser el cuarto país de la UE en casos de depresión mayor. Uno de cada seis españoles la padece, y es la causa de la mayoría de los 3.941 suicidios cometidos en el país en 2020, cifra que se calcula superaremos en 2021. 

Sin embargo, la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) ha denegado recientemente la  financiación por el sistema público de salud de un aerosol que sí se está usando con notable éxito en nuestros países vecinos y que los propios profesionales españoles consideran un recurso de gran utilidad en la lucha contra este trastorno.

"Tenemos demasiadas personas con depresión en España para aprobar el primer spray nasal contra la depresión severa. Esto debió pensar la responsable de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, Doña Patricia Lacruz para no aprobar el spray nasal Spravato. A priori la Sra. Lacruz, tiene un buen curriculum profesional y académico, habiéndose licenciado en Farmacia en el año 2000, y ocupando el cargo de Directora General de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana en el año 2015.

Muchos profesionales de la salud mental han ofrecido y probado con algunos de sus pacientes con depresión, el spray nasal Spravato y la respuesta para estos profesionales es muy positiva."


Más datos que no se pueden obviar, las declaraciones de los expertos en Salud Mental que lo usan:


"El Hospital Vall d’Hebrón, de Barcelona, como centro de referencia, lleva un año tratando a pacientes con DRT con esketamina para pulverización nasal en uso compasivo, y asumiendo el coste. Josep Antoni Ramos, jefe del servicio de Psiquiatría de este centro, ha visto cómo esas personas que soportan durante semanas, e incluso meses, la mayor carga de sufrimiento inimaginable, experimentan una mejoría a las 24-48 de horas de ser tratadas con el fármaco.

“Hacía muchísimos años que no teníamos, en el campo de la salud mental, una innovación que supusiera tal revolución en el mecanismo de acción y en los desafíos que cubre – rapidez de acción, tolerabilidad y eficacia – con respecto a las opciones disponibles fuera de indicación. Es una luz de esperanza que sin duda significa un antes y un después en el tratamiento de la DRT”, explica. “Son pacientes con un grado de sufrimiento tan profundo, que el riesgo de suicido inminente es elevadísimo”."


¿Qué motivos se ocultan tras esta decisión irrevocable? Las personas que la padecemos lo ignoramos. No alcanzamos a entender por qué se nos niega este fármaco. Deberíamos exigir con todas nuestras fuerzas a las administraciones correspondientes saber qué intereses se están amparando con esta negativa, porque desde luego  no son  los del colectivo de personas afectadas. 



Personalmente, la depresión mayor ha sido la causa de mi incapacidad laboral a una edad relativamente temprana, cuando aún me sentía capaz de seguir aportando mucho a la sociedad durante un par de décadas. Mis cuatro intentos  de suicidio pesaron más a juicio de la Seguridad Social que todas mis dolencias físicas. Y por tanto, con pleno conocimiento de causa, me pregunto: ¿No sería mejor prevenir que desechar nuestro capital humano? ¿Por qué motivo se me ha obligado a abandonar mi trabajo en mi época de mayor productividad, si existía un remedio efectivo para paliar mi sufrimiento? Por supuesto, ahora soy, desde el punto de vista general, una carga más para el insostenible sistema de pensiones, al que por cierto he estado contribuyendo durante casi cuarenta años. Todos estos años, mi esfuerzo por controlar mi estado de ánimo, por luchar cada día contra la insoportable oscuridad, ha servido tan solo para transmitirla a mi cuerpo y corroerlo con enfermedades crónicas, autoinmunes, degenerativas. Por tanto como persona con depresión mayor que ha sufrido lo indecible, me siento autorizada a preguntarle a esa administración que se niega a financiarlo qué motivos hay para ello, si le negarían ese tratamiento a un miembro de su familia. 

Y saber si personalmente les ha salido rentable esa decisión, porque desde luego no hace falta ser muy listo para saber que no es rentable en absoluto para el conjunto de nuestra sociedad. Quizás no les afecte porque ellos no van a sufrir las consecuencias; llegado el caso ellos sí podrán pagárselo, así que todo repercute "tan solo" en la agonía cotidiana  y la muerte de tantos de sus conciudadanos. ¿Uso por compasión?? No, señores. Un derecho esencial que ustedes nos niegan sin darnos ninguna explicación, y que nos hemos ganado contribuyendo a sostener ese sistema de salud que luego nos rechaza y nos margina socialmente.

https://www.labarandilla.org/demasiadas-personas-con-depresion/


Fdo. Esperanza Iglesias




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