¿Qué es la positivad tóxica?
Somos gente del S. XXI con la suerte de haber nacido en la (relativa) prosperidad europea. Tenemos todos los medios a nuestro alcance, manejamos más conocimiento y tenemos más posibilidades de comunicación que ninguna generación anterior. También estamos sobresaturados de anuncios de lujo y cine de super héroes. Nos han convencido de que nuestra obligación inexcusable es ser guapos, felices y triunfadores. ¿Qué puede salir mal? Somos los mejores y podemos con todo... Pero, ¿Qué pasa cuando simplemente NO podemos? Que ni siquiera necesitamos sentir la presión social, que ya es desmesurada. Nos bastamos solas y solos para culparnos, para sentir que no estamos a la altura de esta realidad hiper idealizada que sin Photoshop e Instagram tampoco es tan maravillosa, ni mucho menos. Hay que poder con todo. Si no, nos desmoronamos y empezamos a autoboicotearnos. Nos sentimos débiles, incapaces, inútiles, y sufrimos más de lo imprescindible. Nos odiamos, para decirlo bien claro. Esa actitud positivista a ultranza nos hunde. Aprendamos a controlarla.
TENEMOS DERECHO A SENTIRNOS MAL.
TENEMOS DERECHO A NO PODER MÁS.
TENEMOS DERECHO A NUESTRO DOLOR Y NUESTRA TRISTEZA.
"¡Tú puedes con todo!". "Si piensas en positivo, atraerás lo positivo". "Querer es poder". "Con actitud todo es posible". "Hoy puede ser un gran día. Sonríe". Estos son algunos de los mensajes que inundan las redes sociales, pero que pueden convertirse en una trampa y afectar al bienestar psicológico.
"Hablamos de positividad tóxica porque parece que ser positivo es algo muy necesario, pero siempre hay que tener los pies en la tierra", explica a 20minutos Silvia Vidal, psicóloga forense experta en relaciones y ansiedad. Entonces, ¿cómo podemos identificar este discurso de la felicidad tóxico y cuál es su impacto en la sociedad?"
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