Acoso escolar y suicidio

 


Lindsay por fin está muerta" 

"Voy a mear en su tumba"

"Ya se murió esa zorra"

"Le voy a quemar la tumba"


Estos son algunos de los mensajes que intercambiaron sus acosadores después de que el pasado 12 de mayo, Lindsay, una niña francesa de 13 años que vivía en Lille, se suicidara al no poder seguir soportando el bullying a que era sometida en su colegio.

Pero aun después de muerta, el acoso no ha cesado. Hay cuatro menores  en arresto domiciliario que fueron imputados el 25 de mayo por 'acoso escolar con resultado de suicidio'.  También un adulto por amenazas de muerte. No hay signos de arrepentimiento en ellos; por el contrario, parecen orgullosos de su hazaña.  ¿Qué pasa por la mente de un puñado de adolescentes para llegar a disfrutar con esta extremada crueldad? Antes, el país vecino se vio golpeado por la muerte de Lucas, 13 años,  y de otra niña alsaciana  de 14 que declaró públicamente su homosexualidad en 2021.

Esta noticia ha conmocionado a toda Francia no sólo porque la virulencia de los ataques continúa en redes sociales, sino también porque su familia ha decidido denunciar la irresponsabilidad del colegio, que al parecer tuvo conocimiento de esta situación e incluso recibió las quejas de la niña sin tomar medidas.

(Sus padres) "han presentado una denuncia tanto contra la dirección del colegio de Lille como contra su director y los policías a cargo de la investigación por «no ayudar a nadie en peligro». Y también contra Facebook por permitir la difusión de los mensajes de sus acosadores. Y el abogado de los padres señaló: «Si todos hubieran hecho su trabajo para proteger a Lindsay, ella estaría viva».

El letrado luego leyó una carta escrita por la adolescente, tiempo antes de su suicidio, carta que había sido comunicada, según el abogado, a la academia, a las autoridades escolares y a la policía. «Una carta que todos conocían y que todos ignoraban” , insistió el abogado. En ella escribió: «Si estás leyendo esta carta es porque seguramente me he ido.…no aguanté los insultos de día y de noche, las burlas, las amenazas…a pesar de todo lo que ha pasado, siempre me desearán el mal», escribió la joven.

Y los denunciantes añadieron: «tengo un formulario que Lindsay llenó y entregó a la policía el día de la denuncia, tres meses y medio antes de su suicidio, en el que indicaba los horrores por los que estaban pasando».

Además, la chica advirtió en la misma carta del riesgo en que se encontraba otra compañera que estaba pasando por su misma situación.

Tendemos a pensar que estos comportamientos son recientes, pero lo cierto es que el acoso escolar no es un fenómeno nuevo.  La  psiquiatra María Martínez-Hervés obtuvo en 2012 una beca para trabajar en un proyecto de investigación de cyberbullying en el Imperial College del Reino Unido.

Según definición de esta prestigiosa profesional,  "El bullying se define como un acto de agresión que puede ser física, verbal, directa o indirecta. No tienen por qué decírtelo a la cara, pueden estar hablando de ti por detrás, puede haber muchos tipos de bullying. Incluso puede haber cyberbullying. Los criterios que tiene que tener esa agresión para que sea bullying es que haya un desequilibrio de poder social, psicológico o físico entre las partes, y que esa agresión sea repetida en el tiempo. Esas son sus características principales".


Fte. Freepik

Curiosamente, según los datos recopilados en su investigación, el bullying no ha experimentado un espectacular aumento en los últimos años:

"En las cuatro décadas que han pasado desde que hay estudios, el bullying no ha aumentado. Todos los estudios indican que el porcentaje de bullying no ha crecido. Lo que sí ha aumentado exponencialmente durante los últimos 15 años son los problemas de salud mental en los niños. Hace diez años, lo que está pasando ahora en España no pasaba. Y no lo podemos atribuir al bullying, porque este se mantiene estable, y la prevalencia del cyberbullying tampoco es muy alta. Entonces, tenemos que pensar en qué está pasando con la salud mental de los adolescentes a nivel global. Las redes sociales han tenido impacto, el covid ha tenido impacto, pero no podemos decir «Son las redes sociales» o «es el covid». Ha habido un gran cambio de los valores familiares en los últimos años". 

También se señala que, al contrario de lo que ocurre con otros factores de riesgo, es extremadamente difícil ayudar a un adolescente que sufra acoso.  Este es algo externo, no puede controlarse con terapia ni medicación, y sus efectos suelen ser imborrables. Las personas adultas que lo padecieron en su infancia, por lo general nunca llegan a recuperarse de esta experiencia.

Volviendo al caso de Francia, el acoso escolar sólo está tipificado desde 2014,  y sólo en 2019 entró en los códigos de conducta de educación.  Quizás por este motivo  las autoridades escolares son aún reacias a intervenir. La cuestión es que, según los expertos, este es un grave problema familiar y social que no puede reducirse a culpar a los acosadores. Lindsay no calló, sino que pidió ayuda en reiteradas ocasiones, incluso a la policía.  Quizás haya llegado el momento de que tanto las autoridades  como cada comunidad acepte implicarse y  colaborar, y seamos capaces de ir más allá de condenar las acciones de algunos niños, que también habrán pasado por procesos complicados antes de convertirse en esos "monstruos" ante los que nos horrorizamos.


https://www.abc.es/sociedad/nina-victima-bullying-suicida-companeros-celebran-fin-20230603154545-nt.html?dicbo=v2-BtUchej#vtm_funnel=exito-login-gis&vtm_tipoProceso=gis&vtm_procesoFinalizado=si&vtm_proceso=login-gis&vtm_tipoRegistroLogin=login-gis


https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelasalud/salud-mental/2023/03/05/maria-martinez-herves-psiquiatra-infantil-juvenil-cenas-familiares-factor-protector-frente-bullying/00031678024029617912477.htm


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