13 de enero, Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión

 


13 de enero, Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión

A Alicia, gracias por mi vida.

A Celia, mi guerrera íbera.

A mi gran familia, mis afemagrers.

A todas y todos, con todo mi amor.

Yo sólo quiero morirme y no puedo vivir así, porque así no soy, y es humillante y confuso vivir siendo otra persona. Porque yo nunca fui cobarde, ni ruin, ni envidiosa, y ahora casi lo soy y me avergüenzo porque no quiero serlo. Convertirme tan antes de tiempo en una vieja amargada, una inválida incapaz; yo sólo quiero morirme y ni para eso valgo ya. Así no puedo seguir, porque un día haré una locura de verdad, donde me vean todos, que se acuerden de que ellos también pueden hundirse un día, que torres más altas caen. Pero no, qué vergüenza. Sólo pensarán que de verdad estaba muy loca, y me tendrán esa lástima inútil y pegajosa. Yo sólo quiero yacer inmóvil y a oscuras, sintiendo reventar y deshacerse cada fibra de mi cuerpo, y como mi cerebro se va pudriendo vivo; ya no tengo ni recuerdos y es mejor no recordar siquiera, porque sólo hubo lucha, y el arrojo y el valor no importan cuando has perdido . Todos ven a una pobre desgraciada, y quién lo iba a decir, qué mala suerte, pero los desgraciados son ellos, que creen que algo así siempre les pasa a los demás, como si ellos estuvieran vacunados contra el sufrimiento. Yo ya estoy muerta, por eso quiero acabar ya, y arder, ver si el fuego de verdad purifica, y ser sólo un puñado de cenizas que nadie tirará al viento”.

Un día, arrastrándome en un último esfuerzo, la conocí, y desde entonces, cada semana le repetía mis letanías a aquella mujer siempre positiva y de sonrisa contagiosa.

Alicia, que yo he vivido muchas cosas, algunas buenas pero malas muchas más, y ya estoy muerta en vida. Que ya no tengo memoria de cuándo me reí a carcajadas por última vez, ni cuándo tuve fuerzas para dar un paseo, o me vi guapa en el espejo. No entiendo por qué tengo que seguir viva, llévame a otro mundo, Alicia, a través de la madriguera del conejo blanco. Dame alguna de esas pócimas mágicas, por si recupero un rato un espejismo de alegría. O llévame ante la Reina Roja, a ver si me cortan de una vez la cabeza. Lo que sea, menos seguir vegetando en este mundo que me destierra. Llévame a otro mundo que no se haya vuelto loco, porque este nunca ha valido la pena”.


    Fte. Planeta Huerto 

Así pasó mucho tiempo. Monotonía, aprendizaje, cicatrices. El equilibrio reaprendido y frágil, el dolor siempre al acecho y brotando a borbotones. Me dejé enseñar, fui negándome al sopor de las drogas que me mantenían idiotizada y empecé a perdonarme todo lo que nunca fue culpa mía. Como un brote cubierto de escarcha, volví a renacer. Y Alicia me enseñó por fin el mundo que anhelaba, y Celia  me acompañó, sosteniéndome cuando tan débil, tropezaba a cada paso.

Cambié por sueños nuevos los que perdí por el camino. Conocí tantas historias, a tanta gente herida como yo. Mi discapacidad me abrió la puerta a ese mundo a veces intuido, que hoy es el mío , el de tantos y tantas a las que la dignidad nos fue arrebatada a zarpazos por las fieras del que dejamos atrás. 

Por fin pasó lo peor, y en los malos momentos recuerdo siempre que sois mi familia, mi ocupación y mi objetivo. Que seguiré luchando junto a tantos soldados valientes y tan osadas guerreras. Conquistaremos nuestro sitio en este mundo que nos rechaza, porque nadie merece tanto estar en él como quienes alguna vez quisimos irnos sin quedarnos para ver el final.

León Casares ©®


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un nombre de mujer

ELOGIO DE LA BUENA CUIDADORA

Denuncia de un abuso continuado